116 años del Cable Carril

Las variables que se manejan a la hora de planificar una empresa, siempre están sujetas a los imponderables inevitables, esos que el hombre no puede manejar. 

 

Desde el punto de vista técnico, el Cable Carril se construyó para bajar minerales desde las alturas hasta la estación de tren de Chilecito y de allí, llegar al puerto y exportarse.

 

Significó la mayor tecnología mecánica de la época, solventada por el estado argentino durante la época de la "Generación del '80", durante la presidencia de Julio A. Roca.

 

El Famatina es una hermosa montaña, que fue famosa desde la primera dominación local por parte de los Inkas. Su oro y plata atrajo posteriormente a la conquista española, mientras que sus afamados recursos fueron motivo de los inicios de la guerra civil riojana, a principios del SXIX.

 

Entre la organización nacional y los grandes conflictos, pasó ese siglo de historia, lográndose constituir un país próspero a partir de las condiciones sociales, políticas y económicas; nacionales e internacionales, que fomentaron el progreso y la modernidad, mediante acciones como la inmigración.

La actividad minera era intensa, pero con grandes dificultades a la hora de transportar los minerales hacia los centros consumidores o hacia el puerto.

 

El inicio de la obra del Cable Carril, data de muchos años antes. El entonces Senador Nacional Dr. Adolfo E. Dávila (tío de Joaquín V. González), consigue la aprobación de la ley mediante la cual, la primera locomotora llega a Chilecito en 1889, con el aporte del Geólogo Emilio Hüniken, a quien se le encargara la traza del ferrocarril,

Luego un William Treolar, incita a su amigo el Dr. Joaquín V. González para la creación de un sistema de transporte. Por si insistencia ante la provincia y la nación, se logra el llamando a licitación para la construcción de un sistema de transporte que pudiera sortear los grandes precipicios entre la mina y Chilecito. La obra fue finalmente costeada por el estado nacional.

 

La empresa Bleichert & Co. de Lipzin, Alemania, gana la compulsa para construirlo y realiza el tendido completo en un lapso menor a los 3 años, que se mantiene hasta nuestros días: 262 torres, 35 km (140 km de cable de acero), 9 Estaciones, 6 calderas a vapor. En 1905 ya estaba a pleno funcionamiento.

 

La explotación y uso estuvo a cargo de mineras inglesas, que extraían el mineral y lo bajaban hasta el Ferrocarril. Posteriormente, para reducir el volumen de las cargas, construyeron los Hornos de Fundición en una derivación que va desde la Estación Nº 2 hasta la localidad de Santa Florentina. 

Pero en su apogeo, las circunstancias le fueron adversas, aconteciendo quiebras, pues, surgieron cambios de firmas, estalló la 1ª Guerra Mundial, luego fue estatizado a Banco Nación durante la Presidencia de Irigoyen, para casi finalizar su ciclo de producción durante la crisis mundial del año ’30. Probablemente también sucedió la extinción de la veta que proveía de plata, oro y cobre en los farallones del Famatina.

 

Pasó a pertenecer al Ferrocarril y su cierre en la década del ’40, provocó la migración de varias familias hacia Cruz del Eje, donde estaban los grandes talleres.

 

No sin otras peripepcias, el cable llegó hasta nuestros días, haciéndonos comprender la calidad de su construcción que se mantiene inmutable con el paso de 116 años. Sus pocos daños producto de la depredación y no del tiempo.

 

No es uno más de los 11 Monumentos Históricos Nacionales con que cuenta Chilecito, sino, quizá, el más representativo por su representatividad histórica. Fue la culminación de siglos de frustradas ambiciones por la fiebre de las riquezas minerales, demostrando lo efímera que puede resultar la mega extracción y los pasivos culturales, ambientales y sociales que pueden quedar.

 

La prosperidad argentina, lo solventó. La ambición extranjera, lo explotó. Y la historia, lo legó, como muestra latente y permanente del contraste entre las expectativas y la realidad.

Chilecito debió reconvertirse a un pueblo agrícola y el Cable Carril, al estar inserto en la belleza del Famatina, transformarse en una senda de paisajes increíbles para aportar a la economía desde el turismo.